El grupo londinense emocionó al público que llenaba el velodromo donostiarra. El directo de ColdPlay me sorprendió gratamente. Una iluminación efectiva (3 cañones de luz dirigidos por 3 operarios situados por encima del escenario entre otras cosas) y una pantalla gigante fueron practicamente los únicos recursos de los que se valieron para acompañar sus melodías intimistas de estribillos pegadizos.
Chris Martin no decepcionó. Su tan mencionado falsete no hace justicia a todos los recursos de este vocalista que incluso en una de las canciones se metió entre el público.
Gran parte público acabó coreando todas las canciones. Otros acudíamos al recurso de Mr Bean en la iglesia; in my place, in my place i guana du bi ye...
Los teloneros Golfrapp (¡golfa!- como decía algún insensible) trajeron sus ritmos electrónicos marcados, acompañados de la voz cálida y a ratos mecánica de la vocalista. Un grupo a tener en cuenta.
A lo que no acabo de acostumbrarme es a ver como todo el mundo saca sus móviles y sus cámaras y se pone a sacar fotos continuamente. Es una problema que va a más, siempre tienes a uno delante con el brazo levantado. Por lo menos si eres bajito puedes recurrir a la pantalla del de adelante para ver que está ocurriendo, el que no se conforma es porque no quiere.
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